Cómo obtuvo ayuda Carlos

Carlos siempre ha trabajado duro para ayudar a su familia que se quedó en su país. A parte del dolor de espalda que lo está molestando desde hace un par de semanas, Carlos es una persona saludable. Él siempre se ha cuidado mucho y les tiene mucha fe a los remedios caseros – fue algo que aprendió de su mamá – ¿dolor de garganta? Gárgaras de agua con sal.

¿Dolor de estómago? jengibre, ¿un poco de ansiedad o nervios? té de manzanilla. Carlos nunca fumó ni bebió cuando era joven y siempre evitó a los médicos. Pero esta vez, las cosas son diferentes. Este dolor de espalda no se va. Todo empezó un día en el trabajo y hoy el dolor de la espalda es tan fuerte que duele hasta cuando trata de respirar profundamente. Su jefe lo envía a casa temprano. Al día siguiente, no puede ni levantarse de la cama. Su mejor amigo, Roberto, insiste en llevarlo a urgencias esa tarde. El médico de allí le receta 3 días de opioides. Cuando el dolor no mejora, son 3 más, luego 3 más. Entonces, Carlos siente que no puede dejar de tomarlos sin que vuelva el dolor.

Empieza a estar más irritable y no duerme normalmente. Roberto comienza a preocuparse porque ha visto que muchas personas en su comunidad se vuelven adictas a los opioides. El decide que es hora de hablar con Carlos sobre la situación.

Juntos, Carlos y Roberto, trabajan para encontrar un programa de tratamiento. Pero esto no es fácil, la familia de Carlos no está cerca y el pedirles que vengan aquí a verlo o cuidarlo, significaría el revelar su homosexualidad…tiene miedo y aunque sabe que no hay razón para sentirse así, no puede evitar sentirse culpable por no tener la fuerza para ser quien él es con la gente que más ama. Pero en medio de su angustia, Roberto lo convence de abrirse a su pastor. Después de todo es en la iglesia a la que ellos van donde Carlos se siente aceptado. Alli Carlos no tiene secretos o vergüenza, y puede ser quien él realmente es. El pastor agradece a Carlos por acudir a él. Sugiere que Carlos y Roberto llamen a la línea de ayuda nacional de SAMHSA (1-800-662-4357). La línea de ayuda les da una lista de centros de tratamiento que aceptan el seguro de Carlos. Después de llamar a 6 de los médicos de su lista, Roberto finalmente encuentra uno que acepta nuevos pacientes y trata el uso de opioides, pero no hasta dentro de 2 meses.

Carlos finalmente comienza su programa de tratamiento, pero las facturas comienzan a acumularse, especialmente cuando Carlos batalla por trabajar en su horario normal. Roberto pasa mucho tiempo al teléfono con la compañía de seguros y los médicos para asegurarse de que Carlos tenga las derivaciones y la documentación correctas. Roberto llama al programa de tratamiento para averiguar si tienen becas o subvenciones. El programa revisa su situación financiera y dice que durante dos meses puede cubrir los costos que el seguro no cubre.

Mientras Carlos espera, sufre una recaída, pero al día siguiente va a la reunión de su grupo de apoyo. Le aseguran que es normal y que cada día es un nuevo día.