Anomalocarididae

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Anomalocarididae
Rango temporal: 520 Ma - 499 Ma
Cámbrico Inferior - Cámbrico Medio
20210626 Anomalocaris.png
Especie sin nombre, Anomalocaris sp. (espécimen ELRC 20001) (arriba) y Anomalocaris canadensis (abajo).
Taxonomía
Reino: Animalia
Filo: Lobopodia
Clase: Dinocarida
Orden: Radiodonta
Familia: Anomalocarididae
Géneros

Los anomalocarídidos o anomalocáridos (Anomalocarididae) ("gambas extrañas")[1]​ son una familia extinta de animales marinos muy antiguos conocidos a partir de fósiles hallados en yacimientos del Cámbrico en China, Norteamérica, Australia y el norte de África.[2]​ Los anomalocarídidos son unos de los animales del Cámbrico más grandes conocidos y muchos de ellos fueron probablemente carnívoros activos. Los anomalocarídidos prosperaron durante el Cámbrico (inferior y medio).

Características[editar]

Apéndices frontales de Anomalocaris y Lenisicaris, géneros considerados anomalocarídidos.[3]

Los anomalocarídidos eran animales segmentados nadadores; alrededor de la boca poseían dos apéndices que se asemejan al cuerpo de las gambas, llamados "apéndices frontales", cada uno con generalmente 14 podómeros[4]​ (cada una de las unidades segmentarias de dichos apéndices) y que les sirvieron para atrapar a sus presas. La boca era una estructura circular con la forma de un disco, pero con un anillo de dientes duros y afilados en el orificio central, esta estructura es llamada "cono oral".[5]​ Esta "boca" estaba compuesta por varias placas organizadas trirradialmente. Los dientes del cono oral no se encontraban en la mitad, se ha asumido que esto les permitía escarbar las corazas de pequeños artrópodos como los trilobites, de los cuales se han hallado varios fósiles con marcas de mordeduras, aunque estudios más recientes han puesto en duda esta afirmación,[5]​ si bien no se descarta que haya sido así.

Los anomalocáridos presentaban grandes ojos compuestos que les permitían tener mayor eficiencia al cazar y detectar posibles presas, también presentaban un cuerpo flanqueado por una serie de lóbulos para nadar, tres pares pequeños cerca de la cabeza, y otros tantos más grandes por todo el cuerpo,[6]​ los últimos lóbulos se transformaban en una cola.

Fósil de un trilobites (Elrathia kingii) con una mordedura parcialmente curada en el caparazón, posiblemente causada por un anomalocarídido.

En comparación con muchas de las otras criaturas marinas de sus tiempos, los anomalocáridos eran extremadamente ágiles. Los lóbulos de sus flancos se podían mover en forma de onda, cosa que les permitía moverse a grandes velocidades o simplemente "levitar". La coraza de los anomalocáridos era más flexible que la de sus presas, permitiendo una mayor movilidad.

Después de morir, aquellos grandes organismos tendían a desintegrarse y a quebrarse en trozos; esto solía pasar cuando mudaban la piel. Cuando los fósiles de Anomalocaris (un anomalocarídido) fueron descritos por primera vez, los brazos de alrededor de la boca fueron clasificados como artrópodos de otro tipo, se pensaba que la boca era una medusa fosilizada que fue denominada Peytoia y que el cuerpo era un esponja que fue llamada "Laggania", sin relacionarlos con la cabeza. Las piezas no fueron finalmente relacionadas hasta los años 80; desde entonces se ha descrito una serie de géneros y especies, que se diferencian en pequeños detalles de los brazos, en si tienen cola o no, en la situación de la boca, etc., pero más recientemente algunos de ellos ya no se consideran anomalocarídidos y fueron trasladados a sus debidos géneros.[7][8]​ Curiosamente, cuando aquellos fósiles están totalmente reconstruidos, sí que se asemejan (en su aspecto exterior) a una gamba gigante, con un par de apéndices cerca de la boca.

El nombre Anomalocaris se refería originariamente a los brazos (que fueron la primera parte que recibió un nombre), y después se aplicaron al resto del animal entero a causa de la ley de prioridad de la nomenclatura zoológica.

Clasificación[editar]

Alrededor de la década de 1990 y principios de 2010, Anomalocarididae incluía todas las especies de radiodontos, posiblemente de ahí el porqué el término "anomalocarídido" a veces se usaba para designar a todo radiodonto.[9]​ Este ya no es el caso después de la revisión realizada por Vinther et al. en 2014,[10]​ ya que desde entonces Anomalocarididae se restringe sólo a Anomalocaris y, en su caso, a unos pocos géneros estrechamente relacionados. En 2021 Wu et al. aceptaron sólo Anomalocaris (excluyendo "A." saron, "A." kunmingensis y "A." briggsi) y Lenisicaris como miembros de Anomalocarididae,[3]​ mientras que Paranomalocaris es incluido cuestionablemente por algunos estudios también.[11][12][13]

Anomalocarididae se distingue de Amplectobeluidae (un grupo similar) por la presencia de un cono oral trirradial[5]​ y un primer endito distal no hipertrofiado.[3]​ En comparación con Hurdiidae y Tamisiocarididae, estas dos familias de radiodontos compartían muchos caracteres (por ejemplo longitud alternada de los enditos;[7]​ cuerpo optimizado;[6]​ cabeza pequeña con escleritos ovoides;[4][14]​aletas natatorias bien desarrolladas;[6][15][4]​ "aletas caudales";[6]​ estilo de vida de depredador rapaz[7][14][16]​ y forman un clado en el análisis filogenético múltiple.[10][11][16][7]

Referencias[editar]

  1. Palabra neolatina compuesta del griego ἀνώμαλος anomalos y καρίς karis (gen.: καρίδος), es decir "gamba o camarón extraño". Notése qua aunque "anomalocárido" es un término ampliamente usado, el uso de "ídido" al final es técnicamente la forma correcta, tal y como se indica en Xianguang, H.; Bergström, J.; Jie, Y. (2006). «Distinguishing anomalocaridids from arthropods and priapulids». Geological Journal 41 (3–4): 259. doi:10.1002/gj.1050. .
  2. van Roy, Peter; Briggs, Derek E. G (2011) (free full text). A giant Ordovician anomalocaridid. 473. 510–513. doi:10.1038/nature09920.
  3. a b c Wu, Yu; Ma, Jiaxin; Lin, Weiliang; Sun, Ao; Zhang, Xingliang; Fu, Dongjing (1 de mayo de 2021). «New anomalocaridids (Panarthropoda: Radiodonta) from the lower Cambrian Chengjiang Lagerstätte: Biostratigraphic and paleobiogeographic implications». Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology (en inglés) 569: 110333. ISSN 0031-0182. doi:10.1016/j.palaeo.2021.110333. Consultado el 1 de diciembre de 2021. 
  4. a b c Daley, Allison C.; Edgecombe, Gregory D. (2014). «Morphology of Anomalocaris canadensis from the Burgess Shale». Journal of Paleontology 88 (1): 68. ISSN 0022-3360. Consultado el 1 de diciembre de 2021. 
  5. a b c Daley, Allison C.; Bergström, Jan (1 de junio de 2012). «The oral cone of Anomalocaris is not a classic ‘‘peytoia’’». Naturwissenschaften (en inglés) 99 (6): 501-504. ISSN 1432-1904. doi:10.1007/s00114-012-0910-8. Consultado el 1 de diciembre de 2021. 
  6. a b c d Chen, Jun-yuan; Ramsköld, Lars; Zhou, Gui-qing (27 de mayo de 1994). «Evidence for Monophyly and Arthropod Affinity of Cambrian Giant Predators». Science 264 (5163): 1304-1308. doi:10.1126/science.264.5163.1304. Consultado el 1 de diciembre de 2021. 
  7. a b c d Moysiuk, Joseph; Caron, Jean-Bernard (2021-11). «Exceptional multifunctionality in the feeding apparatus of a mid-Cambrian radiodont». Paleobiology (en inglés) 47 (4): 704-724. ISSN 0094-8373. doi:10.1017/pab.2021.19. Consultado el 1 de diciembre de 2021. 
  8. Wu, Yu; Fu, Dongjing; Ma, Jiaxin; Lin, Weiliang; Sun, Ao; Zhang, Xingliang (1 de junio de 2021). «Houcaris gen. nov. from the early Cambrian (Stage 3) Chengjiang Lagerstätte expanded the palaeogeographical distribution of tamisiocaridids (Panarthropoda: Radiodonta)». PalZ (en inglés) 95 (2): 209-221. ISSN 1867-6812. doi:10.1007/s12542-020-00545-4. Consultado el 1 de diciembre de 2021. 
  9. Edgecombe, Gregory D. (1 de marzo de 2010). «Arthropod phylogeny: An overview from the perspectives of morphology, molecular data and the fossil record». Arthropod Structure & Development. Fossil Record and Phylogeny of the Arthropoda (en inglés) 39 (2): 74-87. ISSN 1467-8039. doi:10.1016/j.asd.2009.10.002. Consultado el 2 de diciembre de 2021. 
  10. a b Vinther, Jakob; Stein, Martin; Longrich, Nicholas R.; Harper, David A. T. (2014-03). «A suspension-feeding anomalocarid from the Early Cambrian». Nature (en inglés) 507 (7493): 496-499. ISSN 1476-4687. doi:10.1038/nature13010. Consultado el 1 de diciembre de 2021. 
  11. a b Van Roy, Peter; Daley, Allison C.; Briggs, Derek E. G. (2015-06). «Anomalocaridid trunk limb homology revealed by a giant filter-feeder with paired flaps». Nature (en inglés) 522 (7554): 77-80. ISSN 1476-4687. doi:10.1038/nature14256. Consultado el 1 de diciembre de 2021. 
  12. National science review (en inglés). Science Press : Oxford University Press. 2014. OCLC 1202542607. Consultado el 1 de diciembre de 2021. 
  13. «The endemic radiodonts of the Cambrian Stage 4 Guanshan Biota of South China - Acta Palaeontologica Polonica». www.app.pan.pl (en inglés). Consultado el 1 de diciembre de 2021. 
  14. a b Moysiuk, J.; Caron, J.-B. (14 de agosto de 2019). «A new hurdiid radiodont from the Burgess Shale evinces the exploitation of Cambrian infaunal food sources». Proceedings of the Royal Society B: Biological Sciences 286 (1908): 20191079. PMC 6710600. PMID 31362637. doi:10.1098/rspb.2019.1079. Consultado el 1 de diciembre de 2021. 
  15. Cong, Peiyun; Daley, Allison C.; Edgecombe, Gregory D.; Hou, Xianguang (30 de agosto de 2017). «The functional head of the Cambrian radiodontan (stem-group Euarthropoda) Amplectobelua symbrachiata». BMC Evolutionary Biology 17 (1): 208. ISSN 1471-2148. PMC 5577670. PMID 28854872. doi:10.1186/s12862-017-1049-1. Consultado el 1 de diciembre de 2021. 
  16. a b Lerosey-Aubril, Rudy; Pates, Stephen (14 de septiembre de 2018). «New suspension-feeding radiodont suggests evolution of microplanktivory in Cambrian macronekton». Nature Communications (en inglés) 9 (1): 3774. ISSN 2041-1723. doi:10.1038/s41467-018-06229-7. Consultado el 1 de diciembre de 2021.