hbo
hbo
Incluso el horno en la casa de Leticia Dolera está que arde. Comenzó el confinamiento con la noticia de su nominación a los Premios Platino del Cine Iberoamericano, como mejor actriz por Vida perfecta, comedia televisiva para Movistar+ que también escribe y dirige y con la que ganó el premio del Festival de Series de Cannes. En casa por culpa del covid-19, ha aprovechado para escribirse la segunda temporada de una serie que cuenta con humor las vidas de tres amigas: Cristina (Celia Freijeiro), Esther (Aixa Villagrán) y María (Dolera). Y ya puestos ha rodado un segmento del proyecto de HBO que bajo el título de En casa retó a algunos de los directores más punteros del momento en España a realizar un cortometraje con lo que tuvieran a mano, sin salir de su hogar, miniserie que se estrena el 3 de junio. Encima Dolera, catalana, 38 años, ha descubierto que el horno de su casa sirve para más que para guardar las sartenes. Una pandemia de lo más productiva.
¿Le ha dado por la cocina?
Estoy utilizando mi horno para algo más que para calentar una pizza congelada. Estoy preparando pescado al horno, algo que quizá no suene tan excepcional, pero para alguien que tenía esa trayectoria en la cocina…
Su trayectoria artística es muy diferente porque los premios por Vida Perfecta se acumulan
Cuando me llamaron para comentarme la candidatura a los Platino lo celebré por todo lo alto haciendo un montón de vídeo llamadas, a las actrices de la serie, a las directoras, a Manuel Burque, mi coguionista y a mi madre y a mis tías. Todo por vídeo llamadas. Como hablo también con mis vecinos. Algo así nunca es una meta. Cuando empecé a escribir la serie el hecho de que se hiciera eso sí que fue una meta. Todo lo que ha venido después, los Fotogramas, los Feroz, los premios del Sindicato, de Cannes, tengo que mirar las fotos para ver que realmente sucedió.
¿Echa de menos la nominación para sus compañeras de reparto?
Esta nominación a los Platino me sorprendió mucho porque como directora, me olvido que también estoy trabajando como actriz. Pero la candidatura es para todas porque cuando actúas, parte de tu trabajo está en el guion y la otra parte en los ojos de tus compañeros.
Una escena de En casa.
hbo
¿Hay algo especial en los Platino?
Claro que sí porque reflejan la unión de nuestra cultura, de nuestra latinidad. Siempre me ha interesado mucho el cine latinoamericano. Estos días vi Niñas bien de una directora mexicana (Alejandra Márquez Abella) y desde hace años veo que hay muchísimo talento allí por lo que me hace una ilusión especial.
Con la entrada de las plataformas estamos viviendo un momento muy bonito para la televisión en español que llega más allá de nuestros países.
Por eso las plataformas son precisamente plataformas, porque dan visibilidad. Al tener este factor mundial, hace que puedas ver series de todo el mundo y eso me parece maravilloso porque al final se trata de hablar del ser humano y eso es un código internacional.
Vayamos al origen de Vida Perfecta.
La serie nace de las muchas conversaciones sobre los conflictos, las inquietudes, los miedos y los anhelos, que comparto con mis amigas y que tienen mucho que ver en este rango de edad con todo aquello que proyectaste en un momento dado de una vida ideal hacia la cual caminar y la que estás viviendo y como a veces esa proyección no coincide con la realidad o no coincide con lo que tu pensabas que sería. Que llegas ahí, pero una vez ahí no eres feliz, que es un poco lo que le pasa al personaje de Cristina.
¿En cuál de los personajes se ve más reflejada?
Las tres hablan de mi y también de cosas que comparto con amigas y amigos. Todo son preguntas que yo me hago, qué es la felicidad, qué es la familia, qué es la pareja ideal, qué es la maternidad, una pregunta que se plantea toda mujer tanto para decidir ser madre como para no serlo. Qué satisface a nivel laboral o personal. Son preguntas que yo me hago y que he intentado mostrarlas a través de la serie no para dar respuesta sino para hacer una especie de catarsis, para ver estas preguntas a través del arte.
Dados los éxitos conseguidos, ¿es la suya una vida perfecta?
No tengo muy claro que el éxito sea conseguir que te nominen a algo o hacer un taquillazo. Hay muchos tipos de éxitos. El éxito al que yo procuro aspirar es el de disfrutar de cada paso y no perder la curiosidad. Disfrutar de un trabajo que me da la posibilidad de explorar personajes, historias, de conocer gentes. Me parece un trabajo apasionante que te permite hacerte muchas preguntas en torno a las relaciones humanas. Incluso en las épocas en las que no tenía nada de trabajo y lo pasé fatal, gracias a esa racha empecé a escribir y dirigir cortos. En un momento así, sin trabajo, se tambalea tu estima especialmente para las actrices, que trabajamos con nuestro físico, con nuestro cuerpo, con nuestra voz, y sientes un rechazo inmediato a lo que tú eres. Pero esa época, además de madurar y recolocar muchas cosas en mi cabeza, de replantearme mi escala de valores, me permitió tener el tiempo para explorar la dirección una pasión que me ha llevado hasta aquí.
¿Qué te ha enseñado ahora el estado de alarma?
Ha sido un momento para madrugar, levantarme a las seis de la mañana y hacer una hora de yoga mediante el ordenador. Y estoy escribiendo la segunda temporada de Vida perfecta, trabajando como normalmente y mediante vídeo conferencias con Burque.
¿Queda tiempo para el entretenimiento?
¿Además del horno? (Risas) Me ha dado por ver películas clásicas en una plataforma española, Filmin, que tiene cine y series quizá menos ‘mainstream’ de todas las épocas. Y también tenía varios libros por leer, como ‘Mirarse de frente’, de Vian Gornik, y ahora ‘Pelea de gallos’ de María Fernanda Ampuero, que me los he acabado.
